De acuerdo con el informe, en la actualidad hay en el país al menos mil 290 asentamientos informales, fenómeno que registra una proliferación significativa en los últimos años debido a múltiples factores.

Solo entre 2010 y 2023 el número de núcleos familiares radicados en esos lugares subió en más de 400 por ciento y los expertos estiman que sin una estrategia más decidida en la asignación de recursos, la magnitud del problema no disminuirá.
Si bien la migración contribuye al incremento de viviendas improvisadas, ese no es el único factor en juego, lo cual se refleja en que la mayoría de las familias que viven allí son chilenas (70 por ciento) y solo seis de cada 100 provienen de otro país.
Entre los principales factores que explican el problema, el estudio señala los de índole social y económico, como la falta de acceso a casas formales, los altos costos del arriendo y las dificultades laborales que afectan tanto a migrantes, como a nacionales.
La fundación TECHO identificó que 226 campamentos tienen factibilidad técnica para su radicación de manera inmediata o a corto plazo, ya que cumplen con al menos tres de las seis variables necesarias para avanzar en el proceso.
Entre ellas figuran la existencia de comités de vivienda con personalidad jurídica, la incorporación en el catastro de campamentos de 2019 y la disponibilidad de servicios básicos.

La investigación busca aportar a la política pública habitacional, con el fin de incidir en la toma de decisiones en cuanto a la entrega de soluciones en el corto y mediano plazos.
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