En coordinación con agencias de las Naciones Unidas, el Ejército, los municipios, las cooperativas e instituciones, la investigación aprobada por el gobierno identificó cuantiosos daños en los cultivos, el ganado y la infraestructura.
De acuerdo con el reporte del diario Al-Akhbar, algunas de las vastas tierras de cultivo destruidas necesitan años para recuperarse debido al uso de armas prohibidas y requieren una gran descontaminación.
En el presente, se ejecutan análisis del suelo para determinar la presencia de sustancias peligrosas, en particular fósforo blanco, que causó incendios generalizados y destrucción.
Según lo revelado, aunque la agresión israelí afectó a múltiples regiones de Líbano, el 80 por ciento del daño agrícola ocurrió en el sur.
Más de 65 mil olivos, incluidos algunos antiguos, resulatron quemados por los bombardeos israelíes y las pérdidas de ganado oscilaron entre el 25 y el 30 or ciento en la mayoría de los poblados del sur con un mayor impacto en las localidades fronterizas de Khiam, Odaisseh, Markaba y la llanura de Marjayoun.
Las preocupaciones sobre la seguridad alimentaria aumentaron a medida que la hostilidad de Tel Aviv se intensificó en septiembre pasado, con temores de interrupciones en las importaciones y exportaciones, así como posibles bloqueos en aeropuertos, puertos marítimos y cruces terrestres.
Sin embargo, el comercio se mantuvo relativamente estable y ningún producto esencial desapareció de los mercados libaneses, reflejó el rotativo.
Los aumentos de precios correspondieron principalmente a caídas en la producción, pérdidas masivas de cosechas y la destrucción de ganado, granjas avícolas y colmenas.
Un informe del Banco Mundial de noviembre último estimó los daños en 124 millones de dólares entre el 27 de septiembre y mediados de octubre de 2024, pero el Ministerio de Agricultura cree que la cifra real es significativamente mayor, aunque es difícil de cuantificar con precisión en esta etapa.
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