De acuerdo con la investigación, publicada en el Journal of Paleolithic Archaeology, el científico plantea que no eran simples adornos decorativos, sino que indicaban la pertenencia a un grupo, y los adultos usaban versiones más grandes a medida que envejecían.
Willman examinó docenas de esqueletos de personas de la era pavloviana, que vivieron en Europa central hace entre 25 mil y 29 mil años.
Originalmente estaba estudiando un tipo peculiar de desgaste en los dientes de los europeos de la Edad de Hielo.
Las marcas (manchas extrañamente planas en los lados de los caninos y molares que miran hacia las mejillas) no coincidían con el desgaste habitual causado por masticar o rechinar los dientes. ¿La respuesta? Perforaciones prehistóricas.
“Parecía que la primera perforación del labret se produjo en la infancia, ya que se ha documentado el desgaste en algunos dientes de leche”, dijo Willman al portal LiveScience.
El experto cree que el inusual desgaste del esmalte encontrado en estos dientes puede haber sido causado por el uso de piercings conocidos como labrets en la mejilla o cerca del labio inferior.
Señala que no se han recuperado labrets conocidos de los entierros pavlovianos.
Los propios piercings, probablemente hechos de materiales perecederos como madera o cuero, desaparecieron hace mucho tiempo, dejando solo su firma no deseada en los restos óseos, reveló la investigación.
Aunque a los jóvenes de hoy les parezca moda atractiva y reciente, este estudio con su revelador hallazgo hace notar que los niños de la prehistoria llevaban esos mismos piercings.
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