En la localidad de Deir Ali, a unos 25 kilómetros al sudeste de Damasco, misiles disparados por cazas israelíes destruyeron una clínica de campaña del antiguo ejército sirio.

La instalación, blanco del bombardeo, estaba vacía y era utilizada por las actuales autoridades militares para almacenar armas recogidas en la zona, ya fueran del antiguo ejército o entregadas por exmilicianos.

El ataque, que provocó enormes explosiones, coincidió con la presencia de una furgoneta, lo que provocó la muerte del conductor y heridas a otras dos personas que fueron trasladadas a un hospital.

Asimismo, los pobladores de Deraa, a unos 100 kilómetros al sur de esta capital, escucharon el sonido de fuertes explosiones resultantes de una agresión israelí contra un emplazamiento militar en las afueras de la ciudad de Inkhil, en el norte de esa provincia.

Residentes locales confirmaron que un avión no tripulado israelí atacó depósitos de municiones, sin que hasta el momento se reporten pérdidas humanas.

Estos actos hostiles ocurren en medio de intensivos y continuos sobrevuelos de los aviones bélicos israelíes en el espacio aéreo de la zona rural del suroeste de Damasco y de áreas fronterizas con Israel.

De igual manera, un ataque de Tel Aviv apuntó contra una instalación en el área de Al-Drej, en las afueras de Damasco, donde están presentes unidades de las tropas especiales del antiguo ejército sirio.

Tras el derrocamiento del gobierno de Bashar Al-Assad el 8 de diciembre último, Israel intensificó sus ataques aéreos para destruir la infraestructura militar y las restantes instalaciones del ejército sirio, así como amplió su ocupación del Golán.

El Gobierno de Tel Aviv anunció el colapso del acuerdo de separación de fuerzas de 1974 con Siria y ocupó la zona desmilitarizada de amortiguación de los Altos del Golán, así como el Monte Hermón, y luego, su ejército penetró en las zonas rurales de Deraa y Quneitra.

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