Rubio llegó el miércoles en la noche a este país caribeño como parte de su primera gira internacional tras asumir el cargo hace dos semanas, y se reunió con el presidente dominicano, Luis Abinader, en el Palacio Nacional.

Durante una rueda de prensa con el dignatario dominicano, el jefe de la diplomacia estadounidense aseguró que la administración de Donald Trump “seguirá participando con la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití (MMS) dirigida por Kenia”.

Indicó que el gobierno de Estados Unidos está bajo una orden de “freeze”, de paralizar, parar y congelar los programas de asistencia, pero que existe la oportunidad de crear excepciones y la ayuda a Haití será una de esas, sostuvo.

En otro orden, destacó la importancia de trabajar en conjunto para fortalecer la generación eléctrica en la República Dominicana, lo que también beneficiará a Puerto Rico, y resaltó el papel de este país en la expansión de la industria de semiconductores.

También, mencionó el potencial del país para convertirse en un centro de innovación y tecnología, dada su cercanía con Estados Unidos y su estabilidad como nación aliada.

En tanto, el presidente dominicano indicó que en la reunión con el secretario de Estado abordaron temas de importancia mutua, entre estos la cooperación en seguridad, migración y comercio. Comentó que en la reunión en privado en el Palacio Nacional conversaron, además, sobre la crisis en Haití, una situación que, dijo, requiere una respuesta coordinada y solidaria de toda la comunidad internacional.

«Hemos reiterado que no existe una solución dominicana a la crisis haitiana. Por esta razón, enfatizamos la necesidad urgente de un mayor apoyo financiero para la Fuerza Multinacional liderada por Kenia», expresó.

Marco Rubio no desaprovechó la oportunidad de arremeter de nuevo contra los Gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua al señalar que “las tres naciones son enemigas de la humanidad” bajo el argumento de contribuir a la inestabilidad de la región.

Sus palabras han sido ampliamente rechazadas aquí por organizaciones políticas y sociales, que consideran a Estados Unidos el «único enemigo de la humanidad».

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