El titular hizo la declaración al participar en una reunión de autoridades judiciales y de seguridad sobre el problema del desborde de la delincuencia organizada que él no ha sido capaz de reducir, según sus críticos.
La reunión se realizó en el contexto de la repercusión de la encuesta de la empresa Datum según la cual 87 por ciento de los consultados opinan que Santiváñez debe dejar el cargo y, contra lo que afirma el ministro, una amplia mayoría percibe que la inseguridad sigue aumentando.
«Algunos medios están comprometidos con la criminalidad. Hace poco, casi todos los canales de televisión, dicen que una plataforma de Internet dice que el Perú está en el décimo lugar” en materia de criminalidad, a partir de una encuesta que consideró no representativa.
Sostuvo también una campaña mediática de desprestigio que propicia solo que la criminalidad se empodere, porque “la noticia en favor de la criminalidad es una noticia en contra de la Policía, de las Fuerzas Armadas, del Poder Ejecutivo, del Poder Judicial, de todos», según dijo Santiváñez.
Sin aceptar las críticas que recibe, planteó la necesidad de un amplio pacto por la seguridad que incluya al Poder Judicial y el Ministerio Público -a los que acusa con frecuencias de falta de rigor contra la delincuencia- y garantice a la Policía que no serán procesados si usan las armas durante sus operaciones.
Una reciente norma promovida po el Ministerio del Interior prohíbe la detención preliminar de policías acusados por presuntos excesos en el uso de armamento.
El tema es una de las prediecciones del ministro, quien antes de ser funcionario se hizo conocido como defensor de policías acusados de delitos diversos, entre ellos un grupo de policías condenados a prisión por dar muerte a supuestos delincuentes desarmados.
Ante la comisión parlamentaria, sostuvo al respecto que la criminalidad en la ciudad norteña de Trujillo, una de las más inseguras del país, se debió a lo que llamó un escuadrón de la muerte inventado, al que sigue defendiendo.
Para el diario La República, Santiváñez es responsable de desmantelar por razones políticas a las unidades policiales de inteligencia, indispensables contra la delincuencia organizada, y es increíble que siga en el cargo, salvo que sea para “alentar aún más a las organizaciones criminales”, según acota.
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