En la reunión, este miércoles, con el subdirector del gabinete de Trump, James Blair, y con Sergio Gor, director de la Oficina de Personal Presidencial, los canadienses insistieron en que su país es un socio económico dispuesto, al mismo tiempo que una nación soberana que nunca se unirá a Estados Unidos como el estado número 51, según el reporte del diario The Globe and Mail.

Los 13 primeros ministros (equivalentes a gobernadores), junto con el ministro de Finanzas federal, Dominic LeBlanc, se reunieron también con legisladores y empresarios estadounidenses para tratar el tema de los aranceles, mientras que la embajadora de Canadá en Estados Unidos, Kirsten Hillman, lo hizo el miércoles con el candidato a secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, así como con el principal asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett.

El viaje de los primeros ministros a Washington coincidió con la exposición por el jefe del Gobierno canadiense, Justin Trudeau, de argumentos similares en Bruselas, donde asistió a una reunión de líderes de Canadá y la Unión Europea.

Trudeau advirtió que los aranceles punitivos costarían puestos de trabajo en Estados Unidos y reiteró que Canadá responderá si la orden emitida por el presidente Donald Trump se hace efectiva este jueves.

La visita de los funcionarios provinciales y federales finalizó una campaña que comenzó en noviembre, cuando Donald Trump dijo que impondría un gravamen de 25 por ciento a todos los productos canadienses y mexicanos.

Aunque el magnate republicano indicó que la medida permanecerá en pausa, con posterioridad anunció la aplicación de la medida a partir del 12 de marzo para importaciones acero y aluminio, incluidas las de Canadá.

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