La protesta pone en evidencia el apoyo de las “potencias desarrolladas de Occidente”, entre ellas el Reino Unido y Estados Unidos, al grupo armado M23, que lucha por el poder y el control en la República Democrática del Congo (RDC).
Como consecuencia del avance del M23, unas tres mil personas fueron asesinadas en Goma durante las últimas dos semanas.
Los manifestantes denuncian los enormes beneficios económicos que obtiene Washington por la explotación de los congoleños, incluidos niños, que trabajan en las minas de cobalto y coltán, las mayores del mundo.
Recientemente, la RDC presentó una denuncia penal contra las filiales de Apple en Francia y Bélgica por utilizar «minerales de conflicto» en su cadena de suministro.
De acuerdo con los grupos de activistas sociales en Toronto, situaciones similares se reportan en Sudán, donde Estados Unidos, Israel y los Emiratos Árabes Unidos, buscan apropiarse, mediante la guerra y el caos, del oro y los diamantes de esa nación africana.
“¡Fuera las manos del Congo! Los sistemas de opresión capitalista y de guerra están vinculados entre sí y nos afectan a todos, y seguirán afectándonos. Desde la Isla Tortuga hasta el Congo, pasando por Sudán y Palestina”, claman los manifestantes.
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