Greig Mordue, exejecutivo en la industria automotriz, afirmó que “independientemente de que se vayan a aplicar o no los aranceles, el daño ya está hecho» y mencionó indicios de que en el sector varias empresas están considerando mover sus inversiones hacia Estados Unidos para disminuir costos.

El ahora profesor de la Universidad McMaster en Ontario aseveró como “durante al menos los próximos cuatro años, no habrá ninguna inversión seria en la industria automotriz canadiense» y reconoció que la amenaza por sí sola ya está produciendo secuelas.

Según Radio Canadá Internacional, la consultora KPMG preguntó a 250 empresas sobre las medidas ante la posible entrada en vigor de los aranceles, y casi la mitad reconoció que planean trasladar inversiones o producción a Estados Unidos para atender aquel mercado.

La economista jefa del Royal Bank, Frances Donald, aseguró que tanto cíclica como estructuralmente la economía de Canadá no está bien posicionada para absorber un shock de esta escala, pues ya existían indicadores de bajo crecimiento antes de que surgiera la amenaza de los aranceles por parte del presidente Trump.

El Banco Central de Canadá reportó que muchas empresas están reevaluando sus planes de inversión ante la incertidumbre de la política comercial y que con aranceles significativos el riesgo de fuga de capitales aumentará, lo que exacerbaría los desafíos de competitividad de Canadá.

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