Más de 70 personas murieron desde principios de año en la Ribera Occidental por el accionar de los soldados y colonos israelíes, en tanto la cifra de desplazados asciende a más de 40 mil, según datos oficiales.

Mientras continúa la agresión contra la ciudad y el campamento de refugiados de Jenin “días tras día se revela el alcance de la destrucción masiva de viviendas y propiedades de los ciudadanos”, denunció la agencia oficial de noticias Wafa.

El medio noticioso resaltó que las Fuerzas Armadas israelíes trasladaron hacia la zona grandes tanques de agua y pequeñas habitaciones prefabricadas para sus militares, lo cual confirma una larga estadía allí.

Mientras, las excavadoras continúan con los trabajos de destrucción y demolición y los drones sobrevuelan a baja altura sobre el cielo, subrayó.

Por su parte, el alcalde de Jenin, Muhammad Jarrar, denunció que los uniformados adoptaron un patrón de destrucción aleatoria en el campamento y sus alrededores.

Según el Comité de Medios del Campamento de Jenin, unas tres mil familias allí quedaron sin viviendas tras las operaciones castrenses en el último mes.

Este miércoles, los efectivos castrenses también continuaron sus operaciones en la vecina ciudad de Tulkarem y su aledaño campamento de refugiados, de igual nombre, que están bajo asedio desde hace 24 días.

Al respecto, Wafa alertó sobre “una escalada militar de demolición, bombardeos, incendios de viviendas y una destrucción generalizada de infraestructura” en esa zona.

Faisal Salama, jefe del Comité Popular de Servicios del campamento de Tulkarem, informó que al menos 50 viviendas fueron destruidas y otras 300 quemadas.

Como consecuencia de la ofensiva, el lugar quedó sin vida tras los cortes del suministro de agua y la electricidad, así como de las comunicaciones, explicó.

Salama detalló que de los 15 mil palestinos que vivían allí antes de la operación, más de 11 mil huyeron en las últimas semanas.

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