El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados criticó en un comunicado la medida adoptada por el primer ministro de esa nación insular, Sitiveni Rabuka, tras recordar las resoluciones sobre el tema del Consejo de Seguridad de la ONU.
Esta decisión es una agresión contra el pueblo palestino y sus derechos, y un paso que posiciona a Fiyi en el lado equivocado de la historia, afirmó.
Consideró que la acción daña la oportunidad de lograr la paz basada en el principio de la solución de dos Estados.
También representa “una normalización inaceptable con la ocupación y sus crímenes, y un desafío flagrante a las resoluciones” de la ONU, subrayó.
La Cancillería aseguró que trabajará para enfrentar las posiciones de los siete países, encabezados por Estados Unidos, que abrieron embajadas en la llamada ciudad santa.
Israel ocupó Jerusalén Este durante la guerra de 1967 y se anexionó toda la ciudad en 1980 en una medida que nunca fue reconocida por la mayor parte de la comunidad internacional.
En 2018 el entonces presidente Donald Trump movió la embajada estadounidense de Tel Aviv a esa urbe, una decisión que desató la ira de los palestinos y de las naciones musulmanas, pero que mantuvo su sucesor Joe Biden.
Desde entonces algunos países siguieron los pasos de Washington, aunque la mayor parte de la comunidad internacional mantiene sus misiones en Tel Aviv y considera la zona oriental de Jerusalén como la capital del futuro palestino.
oda/rob