En su habitual conferencia de prensa semanal, en alusión al control de los flujos de indocumentados por la frontera común de la selva de Darién, el mandatario indicó que “lo bueno y lo malo que le pasa a Colombia, nos pasa a nosotros”.

A respuesta de los medios de comunicación, Mulino reafirmó que se hacen gestiones conjuntas para la cooperación con el fin de llevar hasta la localidad de Cúcuta a migrantes venezolanos en su ruta de retorno, muchos de ellos deportados de Estados Unidos.

“No tenemos contactos con Venezuela, pero sí con las autoridades colombianas para evaluar estos temas”, agregó.

Según el jefe de Estado ahora los flujos son de retorno hacia naciones de Suramérica.

En el caso de los caminantes con rumbo a Estados Unidos, precisó que se llega a un máximo 200 personas, lo que son buenas cifras para el mes de febrero, en relación con similar lapso del 2024, cuando la cifra superaba las mil personas, remarcó.

De otra parte, subrayó que con Petro abordaría otras esferas de interés común como el turismo y las inversiones, y en ese sentido adelantó que la próxima semana se reunirá en esta capital con una delegación de empresarios colombianos interesados en estos nuevos nexos.

Además, según explicó, el sector bancario panameño está interesado en fortalecer esos vínculos a partir de una importante presencia en el mercado colombiano.

Petro asistió el pasado 1 de julio a la toma de posesión de Mulino. Un mes antes anunció sus intenciones de visitar la provincia panameña de Bocas del Toro para solicitar al Gobierno el permiso para “desenterrar” y repatriar los cuerpos de colombianos que murieron a finales del siglo XIX.

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