El diario israelí Yedioth Ahronoth precisó que la medida se adoptó anoche tras estallar tres autobuses vacíos, debido a cargas de explosivos improvisados que presumiblemente entraron desde la Ribera Occidental, según el jefe de la Policía en el distrito de Tel Aviv, Haim Sargarov.
Los agentes del orden detectaron otro dispositivo, de cinco kilogramos, antes de estallar, precisó la fuente.
Sargarov afirmó que los artefactos estaban preparados para explotar el viernes en la mañana.
Tras el incidente, la Oficina del Primer Ministro anunció que Benjamin Netanyahu ordenó a las Fuerzas Armadas “llevar a cabo una operación intensa en Cisjordania”. En similar sentido se pronunció el titular de Defensa, Israel Katz.
El país amaneció bajo estrictas medidas de seguridad, que incluyó la revisión de todos los autobuses y mayores controles en el aeropuerto internacional Ben Gurion y en las líneas del tres ligero de Jerusalén.
“La venganza de los mártires no será olvidada…” afirmó tras las explosiones, el Batallón Tulkarem del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), aunque no reivindicó el ataque.
La ciudad de Tulkarem y sus vecinos campamentos de refugiados están bajo fuego israelí desde hace 26 días, mientras Jenin y sus alrededores son atacados desde hace 32.
Decenas de miles de palestinos huyeron de sus hogares desde el inicio de la campaña bélica en esas zonas, donde se reportan la destrucción de centenares de viviendas e importantes daños a la infraestructura civil.
Precisamente, este viernes la agencia oficial de noticias palestina (Wafa) denunció la continuación de las operaciones israelíes en Jenin, donde mantienen bajo sitio al hospital gubernamental.
Solo en el campamento de refugiados de Jenin unas tres mil familias fueron obligadas a abandonar sus viviendas, 120 de las cuales fueron demolidas, resaltó Wafa.
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