Salvo la Comunidad de Madrid, que puso reparos a la información, el resto acogió con beneplácito el anuncio de la vicepresidenta segunda y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
Una medida sin precedentes para «sanear las cuentas públicas”, adelantó Montero al referirse a la iniciativa que deja sin efecto la deuda adquirida a raíz de la crisis financiera internacional de 2008.
Es una propuesta de aceptación voluntaria, si alguna región no le gusta, está en su derecho rechazarla, aunque tendrá que explicarlo a su comunidad, remarcó la vicepresidenta.
Al respecto, será este miércoles cuando las regiones se pronuncien en votación antes de ser debatida en el Congreso de los Diputados.
En rueda de prensa, la titular de Hacienda resaltó que así «reducir su ratio de deuda y sanear» sus cuentas, lo que implica que podrán salir a los mercados a «financiarse con una mayor facilidad».
Figura del Partido Socialista (PSOE) que encabeza el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la titular aprovechó para señalar al conservador Partido Popular (PP), al frente del Ejecutivo de entonces (2008) de haber dado una respuesta inadecuada en la anterior crisis financiera.
“El reparto de la cuantía responde a criterios objetivos y transparentes (…), las comunidades autónomas tienen ya la documentación, y espero que acudan al Consejo de Política Fiscal con afán constructivo, apoyando una medida generosa que va a fortalecer los servicios públicos”, sentenció.
Sin embargo, Montero dio a entender que conoce del rechazo del PP de forma global, según avanzó su líder, Alberto Núñez Feijóo.
Desde Cataluña, el titular de Esquerra Republicana (ERC), Oriol Junqueras, se manifestó exultante por la condonación a esa región de 17 mil 104 millones de euros de deuda.
“Es una deuda que nunca debería haber existido”, anotó en conferencia de prensa, justo el mismo día en que otro partido independentista, Junts por Cataluña decidiera retirarse de una moción de censura de confianza a Pedro Sánchez.
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