Este fin de semana, las Fuerzas Armadas israelíes anunciaron el envío de esos vehículos blindados a la Ribera Occidental, por primera vez desde 2002, y advirtieron sobre “una presencia prolongada” allí.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados denunció en un comunicado que la escalada es “un intento flagrante de perpetuar la guerra de exterminio y desplazamiento contra un pueblo indefenso”.
Ante esa situación, llamó a la comunidad internacional a intervenir de manera urgente para evitar una nueva masacre.
En similar sentido se pronunció el presidente del Consejo Nacional Palestino, Rawhi Fattouh, quien criticó el uso de tanques contra áreas residenciales.
Según el funcionario, el objetivo es destruir las vidas de los palestinos y refleja la política del gobierno de Benjamin Netanyahu de imponer el terror y la muerte en la región.
Esta escalada militar constituye una extensión de la actual guerra de exterminio contra nuestro pueblo y representa una repetición del modelo de agresión contra la Franja de Gaza, afirmó.
Desde hace más de un mes, el Ejército israelí desarrolla una gran ofensiva contra el norte de Cisjordania, en especial en torno a las ciudad de Jenin y Tulkarem, incluidos sus respectivos campamentos de refugiados.
Desde entonces más de 40 mil personas fueron obligadas a abandonar sus hogares allí, mientras centenares de viviendas fueron destruidas, en escenas que recuerdan las operaciones recientes en Gaza.
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