En declaraciones a la prensa tras la celebración de un Consejo Interministerial sobre la cuestión migratoria, precisó que París pedirá a Argel realizar esa labor en un mes o en seis semanas.
Francia y Argelia tienen desde 1968 un acuerdo de cooperación migratoria que es criticado desde la extrema derecha y el conservadurismo, pacto que otorga a los argelinos un estatus particular para la circulación, la estancia y el empleo en suelo galo.
La crisis entre ambas naciones escaló en los últimos meses por el arresto en Argel del escritor Boualem Sansal, acusado de atentar contra la seguridad del Estado, y la detención en Francia de varios influencers argelinos a quienes atribuye llamados a la violencia en territorio del país europeo.
También por el ataque terrorista cometido por un argelino con orden de deportación el sábado en la oriental ciudad de Mulhouse, donde una persona murió y varias sufrieron heridas.
Según Francia, la nación norafricana rechazó al menos una decena de veces la repatriación del atacante, e hizo lo mismo antes con uno de los influencers deportados.
El primer ministro tildó de inaceptable esta postura y estimó que la misma constituye “una traición” a los acuerdos.
Al respecto, Bayrou anunció la elaboración de una lista de individuos que deben dejar Francia para su entrega a Argelia.
La víspera, el canciller Jean-Noël Barrot informó la adopción de restricciones de circulación y de acceso a territorio galo por algunas autoridades argelinas, medida que sería reversible si la situación cambia.
Argelia calificó estas limitaciones de una nueva provocación e intimidación, negando ser notificada sobre las mismas.
En ese sentido, la Cancillería denunció que al país norafricano lo pretenden convertir en parte del rejuego político francés, bajo la instigación de la extrema derecha, y alertó que semejante escenario podría generar consecuencias incalculables en todas las dimensiones de los vínculos bilaterales.
Los intentos de avanzar hacia una reconciliación que alivie las heridas de la colonización y de una guerra de independencia con episodios sangrientos enfrentan un serio desafío, pese a un intercambio económico robusto, caracterizado por las importaciones francesas de hidrocarburos, en particular de gas natural.
En agosto del 2022, los presidentes Emmanuel Macron y Abdelmadjid Tebboune acordaron en la capital argelina una hoja de ruta para relanzar unas relaciones bilaterales contaminadas por el pasado.
Sin embargo, desde entonces las cosas no han marchado en esa dirección, posponiendo Tebboune su visita a París, con diferencias de fondo como el reconocimiento francés a la soberanía marroquí del Sahara Occidental, cuya independencia apoya Argelia.
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