En el caso del primero la cifra total llegó a 15,9 millones de barriles, mientras que las segundas alcanzaron 18,5 millones de galones, detalló la Dirección General de Hidrocarburos, adscrita al Ministerio de Energía y Minas.

El total de consumo de ambos productos fue de 34,5 millones de barriles el año pasado, cuando en 2023 se registraron 32 millones y 30,3 millones en 2022, amplió la cartera, citada por el diario local Prensa Libre.

El gerente de Uno Guatemala (con permiso de la marca Shell en el país), Fausto Velásquez, explicó que la economía estuvo sana el periodo anual pasado con el resultado del crecimiento arriba del tres por ciento reportado.

Ello “demuestra que en este dinamismo hubo demanda en los productos energéticos en general”, remarcó el empresario, en tanto agregó el aumento del parque vehicular del ocho por ciento en general.

Pero sobre todo –enfatizó Velásquez, en las motocicletas con un alza del 15 por ciento, situándose en un parque de 5,7 millones de unidades al cierre del año.

El director ejecutivo de la Asociación Guatemalteca de Expendedores de Gasolina, Enrique Meléndez, refirió, por su parte, una ligera disminución en la factura de los combustibles diésel y gasolinas.

Los precios internacionales de los derivados del petróleo fueron menores al año previo, y eso tiene un beneficio para los consumidores, acotó.

En la demanda inciden factores como el crecimiento económico, la subida del parque vehicular y la recuperación postpandemia, aseveró Meléndez.

Adelantó que se espera un mayor crecimiento considerando el aumento del parque vehicular y que conforme pasen los meses se tendrá una evolución del incremento que se pueda tener en el consumo.

Velásquez aseguró que es impredecible pronosticar un precio de los productos porque hay muchas variables en el mercado internacional y Guatemala es un país importador, por lo que está sujeto a ese comportamiento.

Hay una volatilidad en los precios por factores geopolíticos y una turbulencia en Medio Oriente, advirtió.

Están además –enfatizó- las expectativas de la economía global por los temas de los posibles aranceles en los mercados que podrían contraer en parte la producción mundial.

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