Ante el avance del Movimiento 23 de Marzo (M23) por las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur, incluidas las capitales Goma y Bukavu, respectivamente, miles de congoleños cruzaron la frontera hacia el país vecino en sólo dos semanas, lo que supone una afluencia no vista en varias décadas.
La Acnur señaló que entre los desplazados se encuentran poblaciones rurales y urbanas que huyen del conflicto, la mayoría procedentes de Bukavu, Saké, Minova y Goma.
De acuerdo con Actualité.CD., en respuesta a la crisis el Ministro del Interior de Burundi concedió el estatuto de refugiado de manera simplificada a quienes buscaron protección en ese país, lo que ha permitido una rápida respuesta humanitaria.
No obstante, la afluencia masiva plantea enormes desafíos logísticos y económicos.
La víspera, el Gobierno de la RDC y la comunidad humanitaria lanzaron el Plan de Respuesta a las Necesidades Humanitarias 2025, con el fin de movilizar dos mil 540 millones de dólares.
La cifra es necesaria para proporcionar ayuda vital a 11 millones de personas, dentro de las que se incluyen 7,8 millones de desplazados internos por los conflictos con alrededor de 100 grupos armados en el país.
La RDC, además de tener uno de los niveles más altos del mundo en materia de refugiados internos, reúne en total alrededor de 21,2 millones de congoleños afectados por múltiples crisis, pues además de la guerra, sufren a causa de desastres naturales y epidemias como la del Mpox.
Esos recursos, sin embargo, no cubren las necesidades de los congoleños que salen de las fronteras en busca de paz
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