Las prisiones del país dejaron de ser centros de operaciones de las maras (pandillas), pues el Gobierno tomó el control, sometió a los criminales y brindó oportunidad de superación técnica, académica y deportiva a los reos en fase de confianza (no mareros), indicó una reseña del Diario El Salvador.
Como parte de las medidas, el diario destacó la gestión de la megacarcel conocida como Centro contra el Terrorismo (Cecot) que en enero cumplió dos años de funcionamiento con capacidad para confinar a 40 mil mareros.
Pero la mayor gestión se encamina hacia los que enfrentan penas por delitos comunes a los cuales se les brindan oportunidades de formación técnica en los talleres de mecánica, carpintería, albañilería, electricidad, pintura, música, tapicería, arte en papel y bambú, bisutería, elaboración de hamacas, entre otras.
Ejemplo de esto, precisó la publicación, es el Centro Preventivo y de Cumplimiento de Penas La Esperanza (Mariona) donde se construyeron nuevos edificios (fases I y II) que permiten aumentar la capacidad a 10 mil reos comunes.
Un 40 por ciento de nuestra población carcelaria ya está pagando su deuda con la sociedad. A cambio recibe una sentencia más corta y aprende una habilidad, destacó Bukele en un video el 31 de enero.
Por su parte, la Dirección General de Centros Penales puso en marcha el programa Segundas Oportunidades, el cual brinda formación universitaria a los privados de libertad, 58 cumplieron los requisitos de admisión y lograron inscribirse para cursar la Licenciatura en Administración de Empresas.
Entre los logros de estas políticas las autoridades destacan que un equipo de reclusos, en octubre de 2024, obtuvo medalla de plata en el Cuarto Campeonato Intercontinental de Ajedrez Online para Prisioneros, donde participaron 115 equipos de 51 países.
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