El medio de prensa destacó la declaración de los ministros canadienses de Asuntos Exteriores, Mélanie Joly; de Desarrollo Internacional, Ahmed Hussen, y de Promoción de las Exportaciones, Mary Ng, quienes condenaron enérgicamente el avance del Movimiento 23 de Marzo (M23), con ayuda de Kigali.
Ottawa decidió suspender la concesión de permisos para la exportación de bienes y tecnologías controlados a Ruanda, poner fin a nuevas iniciativas comerciales entre los dos gobiernos y restringir su apoyo a las empresas privadas que realizan actividades económicas con el país africano.
También refirieron que se reevaluaría la participación canadiense en eventos internacionales organizados por Kigali.
La declaración significó que la toma de varias aldeas y ciudades en el este de la RDC por el M23 es una flagrante violación de la soberanía congoleña y de la Carta de las Naciones Unidas, por lo que rechazaron la presencia de las Fuerzas de Defensa de Ruanda en ese territorio.
Igualmente manifestaron preocupación por los ataques contra civiles, personas desplazadas, actores humanitarios y fuerzas de paz de las Naciones Unidas y de la región; así como por los informes sobre violencia sexual relacionada con el conflicto dirigida contra mujeres y niñas.
Canadá informó además que para apoyar a las poblaciones afectadas liberará un paquete de 15 millones de dólares canadienses para ayuda humanitaria.
El pasado 23 de febrero la Unión Europea (UE) dio a conocer la suspensión de las consultas de defensa con Ruanda, debido a la situación en el este congoleño. En la ocasión el bloqueo europeo también anunció una revisión del memorando de entendimiento sobre materias primas estratégicas.
El Parlamento Europeo ya había adoptado antes una resolución que pedía medidas más fuertes contra Kigali, entre las cuales los eurodiputados recomendaron la suspensión inmediata de dicho acuerdo.
Estados Unidos, por su parte, aplicó sanciones contra el ministro de Estado de Integración Regional ruandés, James Kabarebe, y el portavoz civil del M23, Lawrence Kanyuka, por su apoyo en la ocupación de varias ciudades en el este congoleño, donde murieron miles de personas y otras resultaron heridas.
El Reino Unido igualmente prometió sanciones contra Kigali, en caso de que persista la presencia de su Ejército en tierras de la RDC, en desobediencia de la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
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