A pesar de los objetivos declarados de entrenamiento defensivo, las maniobras también incluyen elementos ofensivos, en particular desembarcos nocturnos en la costa, y en el ejercicio participan 10 mil militares de siete países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), señala la nota.
Oficialmente, se afirma que el ejercicio es una defensa contra una posible invasión. Sin embargo, en realidad, también está previsto un entrenamiento ofensivo, como indica el desembarco previsto, declaró por su parte el excomandante de la Flota del Pacífico de la Armada rusa, almirante Serguéi Avakiants. «Esto se ajusta a la posición común de los aliados europeos de Estados Unidos en la OTAN», agregó.
Se trata de una amenaza a nuestro flanco norte. Es una amenaza flagrante a la Flota del Norte, a nuestras bases. Hay que tomárselo suficientemente en serio y adoptar las medidas adecuadas. Tenemos que reforzar la Flota del Norte y el componente terrestre, explicó Avakiants.
«¿Por qué realizar maniobras tan demostrativas en un país que limita directamente con el nuestro? Esto es una clara demostración. Y un entrenamiento práctico», concluyó.
En tanto, el investigador del Instituto de Estudios Internacionales del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú, Nikita Lipunov, refirió que es poco probable que los desacuerdos entre la Administración de Donald Trump y sus aliados en Europa afecten al ejercicio de este año.
Washington seguirá participando en estas maniobras. Esto interesa tanto al propio Estados Unidos, que prosigue así su política de contención de Rusia, como a los aliados europeos, para quienes los refuerzos transatlánticos son importantes», comentó el experto.
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