Por Fausto Triana
Barcelona, con un hombre menos tras la expulsión del central Pau Cubarsí a los 22 minutos, supo gestionar el partido de ida contra el Benfica portugués en octavos de final de la Champions League. Al final, consiguió el premio, gracias a un golazo del brasileño Raphinha a los 61 minutos.
El contrincante, que venía con cierta esperanza luego de plantarle cara a los azulgrana en la fase eliminatoria del torneo, no pudo inquietar lo suficiente el arco rival ni aprovechar la superioridad numérica en la cancha.
Líder actual de LaLiga de España, el Barça bajo el comando del alemán Hansi Flick, disfruta de su mejor momento en la temporada. El triunfo 1-0 aumenta sus posibilidades de acceder a cuartos de final la próxima semana en el partido de vuelta en sus predios.
De otro lado, uno de los favoritos del máximo evento europeo de clubes, el Liverpool, sacó in extremis una victoria contra el Paris Saint Germain (PSG) en la que mucho tuvo que ver el guardameta brasileño Alisson Becker. Inexpugnable, detuvo tres disparos de gol del georgiano Khvicha Kvaratskhelia.
Además, por lo menos otros cuatro remates muy peligrosos de Barcolá, Dembelé y Doué, junto con un gol anulado por los pelos del off side al propio atacante georgiano.
Todo, para morir en la orilla. Recién ingresado a la cancha, Harvey Elliot, sustituto del egipcio Mohamed Salah, remató a pase del uruguayo Darwin Núñez a los 87 minutos y decretó el 1-0.
Demasiado castigo para el PSG y un premio de oro para el Liverpool, que en casa la próxima semana, es amplio favorito para volver a dejar en el camino a los parisinos.
Alta tensión, en otra línea, tendrá la vuelta en el Metropolitano de Madrid, el derbi capitalino español, con un Atlético herido tras el 1-2 en la ida frente al Real Madrid.
De acuerdo con el organigrama de la Champions, el camino del Barcelona parece más expedito incluso en la fase de cuartos de final, instancia en la que chocaría muy probablemente con el Borussia Dortmund.
En cambio, le tocaría al vencedor entre merengues y colchoneros, al dificilísimo Arsenal inglés.
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