Según un reporte del organismo, en la provincia de Kivu Sur se produjo un marcado aumento de los casos de cólera, y particularmente en Uvira las autoridades sanitarias registraron más de 200 nuevos casos de la enfermedad y dos muertes en un período de dos días.

“Las instalaciones sanitarias de Uvira necesitan urgentemente más suministros médicos para contener la propagación en las comunidades. La inseguridad y las limitaciones logísticas están obstaculizando la llegada de existencias críticas desde la capital provincial, Bukavu”, señaló la OCHA.

Agregó que, a pesar de los desafíos, la ONU y sus socios siguen respondiendo al brote y realizan evaluaciones para determinar las necesidades de las comunidades desplazadas en la medida en que lo permita la situación de seguridad.

“Durante la semana pasada, los enfrentamientos han seguido expulsando a la gente de sus hogares. Entre el 1 y el 3 de marzo, más de 11 mil personas se vieron desplazadas por los combates en el territorio de Kabare, a unos 25 kilómetros al norte de Bukavu”, precisó la OCHA.

En Kivu Norte la situación también resulta preocupante, pues la desnutrición está aumentando debido a la inseguridad, el desplazamiento y el aumento de los precios de los alimentos.

La OCHA subrayó que casi 18 mil niños del territorio de Lubero sufren desnutrición aguda, en particular en las zonas a las que llegan los repatriados.

“Uno de nuestros socios ha establecido centros de nutrición de emergencia para tratar los casos graves con alimentos terapéuticos, pero la falta de financiación está limitando la respuesta”.

El deterioro de las condiciones de vida, en tanto continúan los combates entre el Ejército congoleño y el Movimiento 23 de Marzo (M23), constituye una de las causas fundamentales para el aumento de las enfermedades y otros males, pues incrementa el hacinamiento, la carencia de alimentos y de acceso a agua potable y servicios de salud.

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