De acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, se contabilizaron hasta el momento 13 masacres masivas y cada hora que pase se descubre una nueva en las localidades habitadas por la minoría musulmana alawi, en las provincias de Tartous y Latakia.
Indicó la fuente que la cifra de víctimas mortales supera el mil, y que aún hay decenas de cadáveres tirados en las calles y los civiles no se atreven a retirarlos ni enterrarlos por temor a ser asesinados. Los pobladores denunciaron que las víctimas fueron asesinadas a sangre fría por parte de facciones islamistas afines a la actual autoridad siria, pero actúan fuera del marco del Ministerio de Defensa.
Por otro lado, las fuerzas de Damasco siguen bombardeando la zona rural de Banias con drones y artillería, lo que provocó una ola de pánico entre los civiles, que salieron de sus casas buscando refugio en zonas montañosas y boscosas.
El Ministerio de Defensa sirio había anunciado el inicio de la segunda fase de la operación militar que tiene como objetivo perseguir a exmilitares del antiguo ejército sirio que se levantaron en armas el jueves pasado, en las montañas de la región costera.
El portavoz del Ministerio, el coronel Hassan Abdul Ghani, pidió a los residentes mantenerse alejados de las zonas de operaciones militares por su seguridad
Por otro lado, la agencia oficial SANA informó que fueron hallados los cuerpos de seis efectivos de seguridad muertos y enterrados en una fosa común en la localidad de Qurdaha.
Los choques estallaron el jueves, después de que ex militares sirios atacaran a una patrulla de las fuerzas de seguridad en la localidad de Jableh, en Latakia, lo que desencadenó la mayor ola de violencia en Siria desde el derrocamiento de Al-Assad el pasado 8 de diciembre. oda/che





