El Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) explicó que la situación se considera de tipo “efusivo”, lo cual puede generar constante incandescencia durante la noche y madrugada, así como flujos de lava con descensos por cualquier barranca.
De continuar, detalló mediante un boletín, se esperan columnas con abundante ceniza que pueden alcanzar alturas mayores a los seis mil metros sobre el nivel del mar y desplazarse a 40 kilómetros en dirección oeste, suroeste y noroeste.
Asimismo, acotó, las constantes avalanchas hacia los distintos flancos del volcán pueden provocar flujos piroclásticos que desciendan hasta la base y provoquen mayor cantidad de ceniza a baja altura.
La entidad científica pidió comunicar la información a las comunidades cercanas, considerar que los vientos acelerados pueden producir la caída de ceniza de forma más frecuente o abundante sobre éstas.
Calificó de necesario que se tomen las medidas para mitigar su impacto en la población.
Además, agregó, de continuar el incremento en la actividad volcánica por las siguientes horas o días, no se descarta una erupción que produzca flujos piroclásticos que desciendan por distintos flancos.
Por tal motivo, recomendó realizar las acciones de prevención conforme se reporten los incrementos de actividad para mitigar el impacto.
El Insivumeh instó a la Dirección General de Aeronáutica Civil a tomar precauciones con el tráfico aéreo en los alrededores del volcán de Fuego.
En esta época –remarcó- los vientos acelerados pueden dispersar la ceniza a grandes distancias, por lo que deben prestar cuidado a los mapas.
Sugirió al Instituto Guatemalteco de Turismo restringir el acceso a las rutas de ascenso al volcán Acatenango hasta que se reporte una disminución en la actividad.
Indicar a las agencias del sector, guías y visitantes que suben a este sobre la actividad actual del de Fuego, y recordar que está prohibido acercarse a su cráter y la zona conocida como “El Camellón”.
Ello, insistió, debido al peligro de la caída de balísticos por la actividad explosiva, los cuales pueden causar lesiones y quemaduras graves o fatales.
El de Fuego, a solo 45 kilómetros de esta urbe, a pesar del tiempo sigue como el más activo de Guatemala y Centroamérica, con su última erupción el 4 de mayo de 2023.
Una potente erupción del 3 de junio de 2018 dejó 112 muertos, más de 1,7 millones de afectados, una comunidad, una finca y cuatro barrancas inhabitables.
ro/znc