En un comunicado, el titular del organismo, Osama Rabie, precisó que cuatro remolcadores participaron en el movimiento del buque a través de la vía fluvial egipcia, tras lo cual se dirigió a Grecia.
La embarcación, de 274 metros de eslora, fue atacada en agosto, lo cual provocó un incendio que dañó su centro de mando, la sala de máquinas y espacios habitables, detalló el texto.
Rabie precisó que la operación de remolque necesitó meses de preparación, porque incluyó complejas medidas para descargar el petróleo.
El estado del petrolero planteaba riesgos de contaminación, derrame de petróleo o incluso una explosión, por lo cual se necesitaron numerosas acciones antes de permitir su entrada al canal, recalcó.
Los ingresos del Canal de Suez se desplomaron en 2024 en 60 por ciento interanual debido a los sistemáticos ataques de los hutíes.
Los desafíos de seguridad del Mar Rojo obligaron a muchos propietarios y operadores de barcos a tomar rutas alternativas en lugar del canal, por donde circula hasta el 12 por ciento de tráfico marítimo global.
Con una extensión de 193 kilómetros, el canal, que conecta a los mares Mediterráneo y Rojo, es la ruta marítima más corta entre Asia y Europa y el cruce más rápido entre los océanos Atlántico e Índico.
Egipto es uno de los países más afectados por la situación en el Mar Rojo como consecuencia de los ataques del grupo rebelde yemení Ansar Allah, más conocido como movimiento hutí, contra buques vinculados con Israel y de sus aliados.
Los insurgentes afirman que sus operaciones cerca del estratégico estrecho de Bab Al-Mandeb fueron una represalia por la agresión contra la Franja de Gaza, que tras más de nueve meses causó la muerte a más de 48 mil palestinos.
Esas incursiones dispararon los fletes y los seguros de las navieras, muchas de las cuales decidieron cambiar la ruta y bordear el sur del continente africano, aunque ese recorrido aumentó los gastos y el tiempo de travesía.
Rabie reveló recientemente que desde la entrada en vigor de la tregua en Gaza, el 19 de enero, decenas de buques cambiaron su ruta y atravesaron el Canal, aunque la tensión sigue latente tras la amenaza hutí de reanudar sus ataques.
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