La toma ocurrió la víspera, sin combates, y aunque existe una aparente calma en la zona, la situación sigue siendo tensa, según reportó Actualité.CD.

Al parecer el objetivo del M23 es Walikale, una región rica en minerales y donde se encuentra la sede de la empresa minera Alpha Mines.

Desde mayo del año pasado el grupo armado tiene el control de Rubaya, en el territorio de Masisi, un enclave considerado el pulmón económico del sector minero en Kivu Norte en términos de ingresos, pues provee el 50 por ciento de la producción de coltán del país, además de tener manganeso, casiterita y turmalina.

De continuar su avance sobre Walikale, el grupo armado quedará con mayores recursos bajo su poder para financiar la guerra, algo que alertó el año pasado la jefa de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en RDC, Bintou Keita, quien comentó que solo de Rubaya se calcula obtienen unos 300 mil dólares mensuales.

A esto se suma que las acciones sobre ese territorio complejizan la situación humanitaria de una zona donde ya había alrededor de 100 mil nuevos desplazados desde enero de 2025, los cuales no tenían acceso a la ayuda debido a la inseguridad.

En la medida en que el M23 avanza las personas se desplazan en busca de refugio, como sucedió tras la ocupación de la ciudad de Nyabiondo, el domingo, donde se calcula que los residentes de al menos seis aldeas abandonaron sus hogares, según Radio Okapi.

Los residentes de las localidades de Loashi, Bukombo, Bonde, Nyabiondo, Burore, Kaanja, Bushani y Ngeshe, en Kivu Norte, muchos de los cuales ya estaban desplazados, encontraron refugio en el centro de salud de Kashebere, mientras que otros se dirigieron hacia Kibua, ambos en Walikale.

Tanto en estos dos poblados, como en Walowa Yungu, las condiciones humanitarias son precarias debido al aislamiento y la inseguridad.

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