Además se espera que los termómetros marquen 32 grados el sábado y el domingo, mientras el martes de la semana venidera el registro será de 34.
Ante esta situación, el organismo emitió una alerta de riesgo moderado desde la Región Metropolitana de Santiago, donde está la capital del país, hasta el Biobío.
Este año la temporada estival finalizará el 20 de marzo, cuando ocurra el equinoccio de otoño y la diferencia de la duración entre el día y la noche sea cada vez menor.
Normalmente esto implica también un marcado descenso en las temperaturas lo cual, sin embargo, no ha ocurrido hasta ahora, sobre todo en el horario diurno.
De acuerdo con el climatólogo y profesor del Departamento de Física de la Universidad de Santiago, Raúl Cordero, las estadísticas de la DMC apuntan a que el verano en el centro sur es hoy, en promedio, un mes más largo respecto a unas pocas décadas atrás.
Esto significa, aseguró, que el calor empieza antes del solsticio y termina después del equinoccio, como se conoce a los fenómenos astronómicos que marcan el inicio y el final de esa estación desde el punto de vista meteorológico.
Una de las causas de esta situación es que “debido al calentamiento global el verano se está devorando las estaciones intermedias”, es decir la primavera y el otoño.
Prueba de ello fue que durante 2024 se registraron más de 90 días con máximas superiores a los 30 grados en Santiago, lo cual significa el doble de lo común, puntualizó el académico.
Un ingrediente adicional es que durante unas seis semanas se desarrolló con mucha rapidez un evento del denominado niño costero, provocando un calentamiento anómalo en la costa de Ecuador y Perú.
Según Cordero, esto podría ayudar a comprender por qué el verano en Chile fue más cálido de lo pronosticado, así como las lluvias por encima del promedio en Argentina.
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