La paralización estuvo a cargo de la Federación Departamental de Trabajadores Cusco (FDTC) y paralizó los centros educativos, el transporte y el comercio, mientras marchas de sindicatos y pobladores recorrieron la ciudad.
El Gasoducto Sur Peruano fue aprobado y diseñado en la década pasada para suministrar gas natural del yacimiento de Camisea, en Cusco, también a las regiones de Apurímac, Arequipa, Cusco, Moquegua, Puno y Tacna.
El secretario general de la FDTC, Juan Castillo, destacó el carácter pacífico de la huelga que se hizo en la ciudad de Cusco y en provincias de la región cusqueña, como La Convención, Canchis, Urubamba, Calca y Canas.
La protesta exige también la construcción de una planta de fraccionamiento de procesamiento de gas en La Convención, dijo Castillo, quien planteó la instalación de un diálogo cuyos resultados sean de cumplimiento obligatorio.
De otro lado, el Frente Único de Defensa de los Intereses de la Provincia cusqueña de Canchis (FUDIC) planteó que es injusto que los cusqueños paguen por el gas extraído de su propio territorio, el precio más caro de América Latina.
El primer ministro, Gustavo Adrianzén, criticó la paralización y dijo que el Gobierno acordó con algunas provincias de Cusco iniciar un diálogo sobre el Gasoducto del Sur el 3 de abril próximo y, con disgusto, preguntó “¿Para qué sirve el paro?”.
El Gobierno Regional de Cusco exigió al Gobierno que priorice el gasoducto para el abastecimiento de gas para las familias de su territorio en vez de asignar recursos a otras regiones.
rc/mrs