En conferencia de prensa desde el Palacio Nacional de la Cultura, sede del Gobierno, el ministro de Salud y Asistencia Social Joaquín Barnoya subrayó que esta tiene un alto costo de tratamiento, el cual es muy difícil para la mayor parte de pacientes.

Sin embargo, acotó el titular, si controlamos tanto la diabetes como la hipertensión, vamos a ver una disminución en la incidencia de la enfermedad renal crónica.

Mencionó como acciones clave para combatirla la atención y prevención temprana, asegurar acceso a equipos para diálisis y promover la educación y concientización.

En el espacio llamado La Ronda, Barnoya descartó que hasta el momento exista un país en Centroamérica que lograra bajarla, sino que sigue aumentando exponencialmente en la región y el mundo.

Insistió en la importancia de incrementar la disponibilidad de medicamentos y tratamientos accesibles para la mayor parte de la población, sobre todo los menos privilegiados de la sociedad, que es casualmente donde más se ven, remarcó.

Guatemala es de los países que más alta mortalidad tienen por enfermedad renal tónica, señaló la autoridad, quien consideró clave que que haya más investigación y desarrollo de nuevas terapias.

Es primera vez que este territorio centroamericano impulsa una resolución en la Organización Mundial de la Salud y se adoptará a nivel internacional, destacó.

Nos va a permitir tener un compromiso de fortalecer el acceso no solo a tratamientos, sino además a medidas preventivas en el país, en la región y a nivel global, añadió.

El doctor Randall Lou, coordinador del Programa Nacional de Salud Renal, explicó que buscan ampliar las capacidades para la prevención de las enfermedades renales, con la implementación de la estrategia Hearts.

Afirmó que pasaron de ser la octava causa de mortalidad en el año 2009 a la quinta diez años después y la cuarta el pasado periodo anual.

Guatemala ocupa el cuarto lugar a nivel del continente en mortalidad por enfermedad renal, precisó el galeno.

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