Una muestra de ello es una decena de páginas web falsas que circulan en redes sociales mediante la simulación de reconocidos comercios para robar datos personales, añadió el fiscal Miguel Ramírez, Jefe de la Unidad de Cibercrimen del Ministerio Público.
Las autoridades detectaron esta semana anuncios pagados en Facebook que llevaban a estafas con pulseras Pandora y bultos que ofrecían al precio de mil colones (unos dos dólares), precisó el funcionario, en entrevista con el complejo mediático Grupo Extra.
El delito cibernético no es un problema nacional, sino transnacional y evoluciona con un panorama para el futuro, desde sitios en lugares distantes, la mayoría de los cuales están en Irlanda, Corea del Sur, o Ucrania.
“Pueden estar en cualquier lugar –afirma Ramírez- y nosotros estamos acá en estos momentos siendo saqueados de alguna manera en nuestras cuentas, nuestros negocios, sin tener siquiera la noción de dónde se va el dinero. Así es de sencillo. Es algo sumamente delicado”.
De acuerdo con el experto, países como China, Israel, Estados Unidos, España, tienen sistemas de ciberprotección tan evolucionados, tan fuertes, que es muy difícil atacarlos y entonces los hackers buscan otros objetivos, “países puentes”, con un menor desarrollo.
Pero Costa Rica –explicó- es un país con un progreso tecnológico, turístico, comercial, entonces ¿por qué no atacarlo bajo esos criterios cuando tiene fuentes abiertas de conectividad y trazabilidad tecnológica?.
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