Del Palacio Pasha en la ciudad de Gaza queda poco, según afirmó el director de este museo, Hamouda al-Dahda, recordando además que esta fue mansión y fortaleza durante el dominio mameluco y otomano sobre Gaza, donde Napoleón Bonaparte pasó varias noches.
Los bombardeos y combates israelíes en la ciudad a finales de 2023 y principios de 2024 dejaron en pie solo algunos tramos de muro y un arco, lamentó entrevistado por la fuente.
Cerca del Palacio Pasha se encuentra Hamam al-Samara, un baño público de 700 años de antigüedad, uno de los monumentos más importantes de Gaza y que también resultó prácticamente destruido por los bombardeos israelíes, según confirmó su guardián Salim al-Wazir, de 74 años.
Perdí un lugar que significaba mucho para mí, un lugar que reunía a la gente y les brindaba comodidad y relajación; también perdí parte de la historia de mi familia y, por supuesto, de la memoria colectiva de Gaza, afirmó interrogado por The Guardian.
Cita la publicación británica que un informe reciente elaborado por expertos palestinos en conservación en la Cisjordania ocupada y arqueólogos del Reino Unido estimó que tan solo proteger los sitios históricos de mayores daños en Gaza, si se mantiene el alto el fuego actual, costará unos 33 millones de dólares y tardará hasta 18 meses.
La reconstrucción completa podría costar casi diez veces más y tardar hasta ocho años, apunta el medio.
Los expertos también señalan los restos romanos y griegos bombardeados, así como los cementerios históricos arrasados, para subrayar la riqueza cultural que todavía corre el riesgo de sufrir más daños, ya sea por una vuelta a la guerra o por una reconstrucción torpe.
Muchos residentes consideran la mezquita al-Omari , la más antigua y grande del territorio, como la mayor pérdida potencial en este contexto bélico. El edificio fue originalmente una iglesia bizantina, y posteriormente se convirtió en mezquita tras la conquista islámica de Palestina hace casi mil 400 años.
Fue ampliada a lo largo de los siglos y reconstruida una vez tras ser casi destruida por la artillería británica que atacaba un depósito de municiones otomano allí.
Los historiadores señalan a la mezquita, junto con un puerto romano y otros sitios, como evidencia de la importancia de Gaza como un próspero centro comercial durante 20 siglos.
Aunque el famoso púlpito de madera de la era mameluca de la mezquita ha sobrevivido casi intacto, gran parte de su techo ha desaparecido, la mayoría de las paredes están en ruinas y el minarete está parcialmente derribado, de acuerdo con el artículo.
Tarek Haniya, de 60 años, quien había trabajó en dicha mezquita como guía turístico desde su juventud, asevera que la guerra fue dura en todos los sentidos y cada día parecía una nueva pesadilla.
Perdí a mis amigos, a mis familiares, mi hogar que me había protegido durante décadas, y también perdí la mezquita Omari tal como la conocía, dijo.
Es cierto que la antigua mezquita albergaba una historia irremplazable entre sus muros, pero la reconstruiremos, manifestó Tarek Haniya.
Conforme a este artículo, muchos en la ciudad de Gaza quieren un futuro diferente incluso para los edificios históricos más dañados, y piden su protección y eventual reconstrucción.
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