De acuerdo con las estadísticas, recopiladas por la Alianza Feminista para el Mapeo de los Femi(Ni)Cidios en el Ecuador, del total de esos crímenes, 50 ocurrieron en sistemas criminales y 31 en contextos íntimos, familiares o sexuales.
Además, se documentó el feminicidio de una mujer trans en la provincia de El Oro y al menos 12 niñas o adolescentes asesinadas, mientras que ocho fueron reportadas como desaparecidas antes de ser halladas sin vida y cuatro sufrieron abuso sexual previo a su asesinato.
Uno de los datos más alarmantes detectados por la organización es el uso creciente de armas de fuego contra mujeres y niñas, pues en lo que va de 2025, el 73 por ciento de los feminicidios se cometieron con este tipo de artefactos, y el año pasado fueron el 62 por ciento.
La Fundación Aldea advirtió que la edad promedio de las víctimas ha disminuido drásticamente, pasando de 29 años en 2022, a 22 en 2023 y a 19 en 2025.
Asimismo, la violencia feminicida ha dejado en orfandad a al menos 42 niños en lo que va del año, y se suman a los mil 895 huérfanos registrados entre 2014 y 2024.
Desde la organización insisten en la urgencia de que el Estado implemente políticas públicas con presupuestos adecuados para frenar esta crisis y la creación de un registro oficial de feminicidios que refleje la magnitud del problema y permita acciones concretas de prevención, atención, protección y reparación para las víctimas y sus familias.
«Cada feminicidio es un fracaso del Estado», advierte el informe, que señala la necesidad de una respuesta intersectorial e interinstitucional ante la violencia de género que sigue cobrando vidas en Ecuador.
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