Según el informe anual de liquidación del ministerio, el balance se debió principalmente a una escasez de ingresos tributarios motivada por el fuerte descenso en la recaudación de impuestos de sociedades.
El arqueo fiscal del gobierno, incluidos los superávits de los principales fondos de seguridad social, como el fondo nacional de pensiones, registraron un déficit de 71 mil 500 millones de dólares el año pasado.
Esto supone un aumento significativo en comparación con el déficit presupuestario inicial, estimado en 91,6 billones de wones (62 mil 500 millones de dólares); también constituye la primera vez que el déficit fiscal excede los 100 billones de wones desde 2022.
La proporción del déficit fiscal frente al producto interior bruto (PIB) real también se amplió el año pasado, superando el 4 por ciento, una vez más, desde la pandemia de Covid-19, detalló el ministerio.
La cartera agregó que, pese a la caída de los ingresos, el Gobierno continuó financiando proyectos destinados a mejorar los medios de vida de la población, lo que también contribuyó al aumento del déficit fiscal.
Se entiende como el déficit fiscal como la consecuencia de que los gastos públicos superen los ingresos en un periodo determinado de tiempo.
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