Ante la cruzada arancelaria desatada por el presidente Donald Trump y sus consecuencias, algunas voces en los últimos días sugirieron que el pacto con el mercado que integran Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay constituye una opción para diversificar los vínculos y atenuar el impacto de las tarifas aduaneras, una visión que París no comparte.

La posición de Francia no ha cambiado, nos oponemos al acuerdo UE-Mercosur, afirmó a la prensa la portavoz gubernamental, Sophie Primas, después de una reunión del Consejo de Ministros.

Según la vocera, la iniciativa impulsada por la Comisión Europea y por países del bloque de 27 como España y Alemania no es buena para los franceses, y en particular sus agricultores.

Para nosotros es importante trabajar en la soberanía alimentaria de la UE, subrayó en esta capital.

Presionado por el mundo agrícola, que atribuye al acuerdo de libre comercio competencia desleal, el gobierno encabeza en el viejo continente el rechazo al pacto con el Mercosur.

Al inaugurar a finales de febrero la edición 61 del Salón Internacional de la Agricultura, el presidente Emmanuel Macron calificó el acuerdo de “un mal texto” y lamentó que carezca de “cláusulas espejo y medidas de salvaguarda”.

En ese sentido, el mandatario prometió que seguirá buscando en el seno de la UE el bloqueo a la iniciativa destinada a permitir la importación de carne y otros productos procedentes de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.

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