Uno de cada cuatro infantes vive en barrios donde el acceso a la asistencia vital es limitado, subraya el comunicado.
«Los niños de Haití están atrapados en una pesadilla. Viven en zonas peligrosas controladas por grupos armados, privados de una infancia normal […] mientras la ayuda humanitaria lucha por llegar a ellos», puntualiza el comunicado.
En los dos primeros meses de este año, los bloqueos de carreteras y la violencia contra los trabajadores humanitario aumentaron un 75 por ciento en comparación con el mismo período del año pasado.
A medida que la crisis se profundiza, los gobiernos están recortando fondos humanitarios cruciales, lo que limita aún más la capacidad de la organización para responder plenamente a la crisis.
Save the Children -puntualiza el diario digital Haití Libre- hace lo que puede pero es insuficiente mientras existan restricciones en las vías de acceso a los necesitados y falte financiamiento externo.
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