Las bases más afectadas son los campamentos de desplazados de Zamzam y Abu Shouk y sus alrededores, así como en la ciudad de El Fasher, en el estado de Darfur Norte.
Según informó la víspera la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) las víctimas fatales son consecuencia de la guerra iniciada en abril de 2023, y especialmente por la violencia de los últimos combates del 11 y 12 de abril, como parte de la ofensiva del Ejército contra los paramilitares.
La ofensiva del Ejército está dirigida contra las zonas controladas por las denominadas Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, inglés), y el Servicio de Emergencias denunció recientemente una aguda falta de alimentos y escasez de agua potable para la población, impedida de huir por parte de las RSF.
En tanto, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reconoció que unos cuatro millones de personas se han desplazado de Sudán a otros países vecinos desde el inicio del conflicto, mientras que más de ocho millones y medio de sudaneses se movieron internamente.
Desde mediados de abril de 2023, esta nación africana se encuentra sumida en una guerra interna, tras avivarse las contradicciones por cuestiones de poder entre el jefe del Ejército Abdel Fatah al-Burhan y el líder de las Fuerzas paramilitares de Apoyo Rápido Mohamed Hamdan Daglo.
Los combates, destruyeron ya innumerables medios de subsistencia para sumir al país en una compleja espiral de hambre y muertes.
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