La comunidad católica debe tener siempre en cuenta su legado de humildad, compasión y cuidado por los más vulnerables.
El Sumo Pontífice -quien murió a los 88 años de edad-es y será una inspiración para defender los valores humanos que tanto protegió, comentó Skerrit.
“Ofrezco nuestras oraciones y condolencias a la Santa Sede, a la familia católica mundial y a todos los que lloran esta profunda pérdida. Que su alma descanse en paz eterna», concluyó el primer ministro de Dominica.
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