Esa consulta indicó este martes que los alemanes considera importante poder utilizar dinero en efectivo, en medio de una ola por introducir las monedas de manera electrónica y mediante tarjetas.

Solo alrededor del nueve por ciento no le da ninguna importancia. Para la sociedad en su conjunto, el 72 por ciento considera que el dinero en efectivo es muy importante o bastante importante.

A pesar de algunas desventajas, como el trabajo sumergido, la evasión fiscal o los atracos, el banco central alemán considera que es su responsabilidad mantener y promover el dinero en efectivo como medio de pago.

Sin embargo, contrariamente a la opinión mayoritaria de la población, un futuro con dinero en efectivo no es algo que se pueda dar por sentado, como muestran los escenarios del Bundesbank.

La entidad pública alemana ve el peligro de una tendencia negativa en el uso del efectivo.

Así, una menor demanda podría reducir el número de costosos cajeros automáticos y puntos de pago, y los comerciantes podrían verse inclinados a dejar de aceptar efectivo por motivos de coste.

De este modo, en 2037 el uso del efectivo podría verse restringido y dejar de cumplir sus funciones sociales generales.

La importancia de los pagos en efectivo ya está disminuyendo rápidamente en Alemania. Mientras que en 2017 los consumidores aún realizaban alrededor de tres cuartas partes de sus pagos cotidianos en efectivo, en 2023 solo lo hacía algo menos de la mitad.

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