Esta medida forma parte de una investigación comercial de un año, donde fabricantes estadounidenses acusaron a empresas chinas de inundar el mercado con productos a precios injustamente bajos.
De acuerdo con el Departamento de Comercio, los productos cambodianos enfrentan esos desmesurados gravámenes debido a la falta de colaboración de los fabricantes locales con la investigación.
La denuncia, impulsada por Hanwha Qcells de Corea del Sur, First Solar Inc. de Arizona y otros productores estadounidenses, busca proteger miles de millones de dólares en inversiones.
El grupo de demandantes acusó a los productores chinos con fábricas en Cambodia, Malasia, Tailandia y Vietnam de vender paneles por debajo del costo de producción y recibir subsidios injustos.
Estos aranceles aún dependen de la decisión de la Comisión de Comercio Internacional de EE.UU., que tiene hasta el 2 de junio de 2025 para pronunciarse.
Un experto en energía renovable de Phnom Penh, afirmó que no hay subsidiarias de grandes fabricantes chinos de paneles solares en Cambodia, aunque sí podrían existir integradores y ensambladores.
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