Una jueza federal de Maryland ordenó a la administración Trump que retorne a un solicitante de asilo venezolano de 20 años enviado a la nación centroamericana.
Al dictaminar su expulsión, violó un acuerdo judicial que protegía a algunos jóvenes migrantes con solicitudes de asilo pendientes, de acuerdo con la orden emitida esta semana.
De acuerdo con los informes la persona deportada formaba parte de un caso de demanda colectiva presentado en 2019 en nombre de personas que llegaron a Estados Unidos como menores no acompañados y posteriormente solicitaron asilo.
Un acuerdo en ese caso determinó que no podían ser expulsados de Estados Unidos hasta que sus reclamos fueran completamente resueltos, subrayó la prensa local.
La jueza de distrito Stephanie Gallagher, designada por Trump, dictaminó que el Gobierno federal trabaje con las autoridades salvadoreñas para devolver al joven, que aparece en documentos judiciales con solo una referencia “Christian”, quien fue deportado el 15 de marzo a una prisión de El Salvador.
Citando el precedente de Kilmar Ábrego García, que la administración Trump admitió haber deportado por error y cuyo caso se mantiene en el limbo legal, Gallagher argumentó la necesidad de poner fin a la actual situación.
“Al igual que la jueza (Paula) Xinis en el asunto de Ábrego García, este tribunal ordenará a los demandados que faciliten el regreso de Christian a Estados Unidos para que pueda recibir el proceso al que tenía derecho en virtud del Acuerdo de Conciliación vinculante de las partes”, expresó la magistrada.
Además, instó hacer “una solicitud de buena fe al Gobierno de El Salvador para liberar a Cristian (…) para su transporte de regreso a Estados Unidos a la espera de la adjudicación de su solicitud de asilo”.
El presidente Trump invocó la Ley de Enemigos Extranjeros, una autoridad de tiempos de guerra del siglo XVIII, hace más de un mes para deportar a presuntos miembros de la pandilla venezolana Tren de Aragua y de la organización criminal salvadoreña Mara Salvatrucha (MS-13).
Según Trump, el Tren de Aragua perpetró “una invasión e incursión depredadora en Estados Unidos”.
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