El documento firmado entre el presidente Ahmed Al-Shara y los líderes de las FDS representó un paso positivo hacia la calma y la apertura hacia una solución nacional integral.
Sin embargo, las recientes declaraciones que piden federalismo contradicen el contenido del acuerdo y amenaza la integridad del país, afirmó un comunicado emitido por la Presidencia.
Rechazó cualquier intento de imponer una división o crear entidades separatistas bajo el nombre de federalismo o autoadministración sin un consenso nacional amplio.
La unidad de Siria, tanto de su tierra como de su pueblo, es una línea roja, y cualquier transgresión de esta línea constituye un ataque a la identidad unificada de Siria, indicó el texto.
La Presidencia expresó su preocupación por las prácticas de FDS que evidencian tendencias peligrosas hacia el cambio demográfico en algunas zonas, amenazando el tejido social sirio y socavando las perspectivas de una solución nacional integral.
Advirtió contra la interrupción del funcionamiento de las instituciones estatales en las zonas controladas por FDS, la restricción del acceso de los ciudadanos a sus servicios y la monopolización de los recursos nacionales y su explotación fuera del marco del Estado, lo que profundiza las divisiones y amenaza la soberanía nacional.
Los dirigentes de FDS no pueden monopolizar la toma de decisiones en el noreste de Siria, donde coexisten grupos originarios como árabes, kurdos, cristianos y otros, aseguró la declaración.
Tachó de inaceptable la confiscación de la decisión de cualquier componente y la monopolización de su representación, y consideró que no puede haber estabilidad ni futuro sin una verdadera asociación y una representación justa de todas las partes.
Asimismo, aclaró que los derechos de los kurdos están protegidos y preservados en el marco de un solo Estado sirio, basado en la plena ciudadanía y la igualdad ante la ley, sin necesidad de ninguna injerencia externa o tutela extranjera.
Por último la Presidencia hizo un llamamiento a respetar el acuerdo y priorizar el interés nacional supremo.
A principios de marzo pasado, el presidente de transición Ahmad Al-Shara y el jefe de las FDS, Mazloum Abdi, firmaron un acuerdo que estipula la integración de esta formación política y militar en la estructura del nuevo Estado, y consideró que la comunidad kurda es parte integral de Siria y que el Estado debe garantizar su derecho a la ciudadanía y todos sus derechos constitucionales.
Las FDS controlan, con el apoyo de Estados Unidos, casi un 25 por ciento del territorio sirio, particularmente en las provincias nororientales de Hasakeh, Raqa y Deir Ezzor.
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