El diario Clarín cita este viernes un estudio del sociólogo Pablo Salinas quien advierte que con la partida de Mogetta ya se fueron en la administración de Milei 139 funcionarios políticos.
El Observatorio de las Élites, del organismo Citra-Conicet, confirma que la actual administración ha tenido «el mayor índice de renuncias en un año de toda la democracia», desde 1983.
El sustituto de Mogetta es Luis Pierrini, un empresario de Mendoza vinculado al sector de seguros y hombre de confianza del ministro de Economía, Luis Caputo, quien tiene bajo su órbita el área de Transporte.
Clarín rememora que en marzo pasado renunció María Eugenia Colosia como Directora Nacional de Contenidos Audiovisuales e Imagen Institucional, un área que depende de la secretaría que comanda el vocero presidencial Manuel Adorni.
En febrero -añadió- el gobierno echó a Eduardo Serenelii, luego de una larga «guerra fría» con el portavoz Adorni, ahora candidato a un puesto de diputado en la Legislatura de Ciudad de Buenos Aires.
Florencia Misrahi fue la directora de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero quien corrió la misma suerte de disputas intestinas en el seno de la administración Milei que Serenelli.
El primer ministro en irse fue el efímero titular de Infraestructura, Guillermo Ferraro, en febrero de 2024, quien apenas sobrevivió en el cargo mes y medio, y que sorpresivamente falleció el miércoles 4 de diciembre pasado
A continuación, sacudió al Gobierno la eyección de Posse, el mandamás del gabinete, un rol que paulatinamente fue ocupando Santiago Caputo, el más cercano asesor del presidente y hermano del ministro de Economía Luis Caputo, aunque, en lo formal, la silla le corresponda a Guillermo Francos, señala Clarín.
El despido de Posse, excompañero de Milei en la Corporación América, derivó en decenas de desplazamientos debido a que el denominado «triángulo de hierro» intentó eliminar toda huella del paso del exministro coordinador por el Gobierno.
La abrupta expulsión de Diana Mondino como canciller de la Nación resultó muy conflictiva. Tuvo que soportar una molesta intervención durante meses desde la Casa Rosada en su jurisdicción del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.
Algo parecido sucedió con el entonces titular de Salud, Mario Russo, que terminó renunciando por no poder desprenderse de funcionarios que en verdad respondían a su sucesor, Mario Lugones, que tenía línea directa con el poderoso asesor presidencial Santiago Caputo, recuerda el diario.
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