El ataque contra el buque con una tripulación de mil 91 marinos por un submarino nuclear británico el 2 de mayo de 1982, fue ordenado por la entonces primera ministra Margaret Thatcher, recordó este viernes el servicio informativo Infobae.
Su hundimiento en tan solo 58 minutos causó la muerte de 323 hombres, casi la mitad de todos los que perdió Argentina en ese conflicto que lanzó la junta militar golpista -al decir de politólogos- para desviar la atención del público de la crisis político-económica en que se encontraba el país.
Relata Infobae que el mando castrense argentino activó y desplegó el General Belgrano para ser protagonista de un ataque al enemigo; sin embargo, en las primeras horas del 2 de mayo cambió su decisión y reordenó a la jefatura del buque que cambiara de rumbo.
A la tarde de ese día, el viejo acorazado, construido en 1938 para la Armada de Estados Unidos, ya había reorientado su dirección y estaba en posición de espera cuando recibió en su centro el potente golpe del primer torpedo de los dos que disparó el submarino británico HMS Conqueror, de hecho fue el primer ataque ejecutado por un sumergible atómico hasta nuestros días.
El buque de 180 metros de eslora navegó primero hace casi 90 años bajo el nombre de USS Phoenix cuando perteneció a la fuerza naval estadounidense. Sobrevivió al asalto japonés contra Pearl Harbor durante la Segunda Guerra Mundial, y en 1951 el primer gobierno del general Juan Domingo Perón se lo compró al Pentágono.
Fue renombrado ARA 17 de octubre en alusión a la fecha fundacional del movimiento peronista encabezado por Juan Domingo Perón.
Su nombre cambió por última vez durante la autoproclamada Revolución Libertadora. De hecho, fue a bordo del buque que se negociaron las condiciones de la entrega del poder a la dictadura que acababa de iniciarse, en septiembre de 1955.
El vicealmirante Isaac Rojas fue quien impuso que la embarcación pasara a llamarse ARA General Belgrano.
Infobae rememora que la gigante nave pasaba mantenimiento una vez al año, y en 1978 fue parte de la Operación Soberanía en la que fuerzas argentinas estuvieron a punto de invadir islas chilenas durante el conflicto por el canal del Beagle, el que finalmente no estalló.
En 1982, tras el desembarco de las tropas argentinas en las Islas Malvinas, el ARA General Belgrano fue incorporado a las fuerzas para enfrentar a la Task Force británica. Se le asignó la misión de apostarse en la Isla de los Estados para custodiar Malvinas y el movimiento de las tropas del Reino Unido desde el sudoeste. Allí estaba cuando aconteció el trágico desenlace.
Su desaparición fue el golpe mortal que propinaron los británicos a las fuerzas argentinas. De los 323 fallecidos, los que no murieron por el impacto de los dos torpedos, perecieron durante la evacuación en balsas de 21 horas en un mar helado.
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