La operación está a cargo de 40 policías de élite enviados a las alturas andinas de Pataz, tras denunciar familiares la desaparición de los 13 obreros, de quienes no se tienen noticias desde el 25 de abril.
La empresa Poderosa, principal extractora de la provincia rica en oro, afirmó en un comunicado que los desaparecidos trabajaban para un minero artesanal que explota una veta en virtud de un contrato con la empresa.
Añadió que, antes del secuestro, «criminales al servicio de mineros ilegales tomaron el área contratada y asumieron su control».
Llamó a las autoridades competentes para que intervengan con urgencia en la zona para atender la denuncia presentada por los familiares de los desaparecidos, a fin de rescatarlos.
Poderosa lamentó que “el clima de violencia continúe escalando en la región, afectando a quienes desarrollan actividades laborales en la zona”, pese a que Pataz fue declarada en estado de emergencia y a que, debido a este, hay en el territorio un fuerte contingente de policías y militares.
De otro lado, agrega que llama la atención que la semana pasada la Policía Nacional haya movilizado más de 800 efectivos en una operación que no intervino en socavones ilegales de la zona donde trabajaban los secuestrados.
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