La imagen generó no pocas reacciones en redes sociales. El expresidente del Comité Nacional Republicano, Michael Steele, un abierto crítico de Trump, dijo que lo sucedido «confirma lo poco serio e incapaz que es», mientras la Conferencia Episcopal Católica de Nueva York rechazó la burla.

«No hay nada ingenioso ni gracioso en esta imagen, Sr. Presidente. Acabamos de enterrar a nuestro amado Papa Francisco y los cardenales están a punto de entrar en un cónclave solemne para elegir al nuevo sucesor de San Pedro. No se burlen de nosotros», escribieron en X.

En la foto se observa a Trump sentado en una silla ornamentada y con todos los hábitos de un líder de la Iglesia Católica. La publicó inicialmente en su red Truth Social y luego, por incríble que parezca, se hizo eco de ello la Casa Blanca.

Trump, quien no es católico (presbiteriano y ahora se identifica como ‘cristiano no confesional’) bromeó con la prensa a las afueras de la Casa Blanca el martes alegando «me gustaría ser papa. Sería mi primera opción».

El mandatario republicano entonces se refirió que, en realidad, no tenía preferencia por quién podría ocupar el puesto dejado por Francisco, pero añadió: «Debo decir que tenemos un cardenal que resulta ser de un lugar llamado Nueva York y que es muy bueno, así que veremos qué sucede».

Trump aludía al cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, uno de los nombres que se mencionan entre los posibles sucesores del primer papa latinoamericano en la historia de la Iglesia católica, que no cuenta aún con uno de Estados Unidos.

Sin embargo, no existe un favorito, de acuerdo con los informes. A partir del 7 de mayo comienza el cónclave en la Capilla Sixtina, donde se reunirán los 133 cardenales que seleccionarán el reemplazo de Francisco.

Habrá que esperar todavía para ver la fumata blanca y escuchar la célebre frase en latin: «habemus papam» (tenemos papa).

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