En declaraciones a la revista Iqtidar, el líder de Hizbulah ratificó el objetivo de colaborar con socios políticos para reconstruir la economía y las zonas destruidas por Israel, así como restaurar los fondos de los depositantes y combatir la corrupción.
La máxima autoridad del movimiento político y militar libanés reconoció: “Tenemos mucho trabajo por delante para los jóvenes, las mujeres, los niños y las generaciones futuras».
En este punto, Qassem insistió en abordar los desafíos culturales, políticos, sociales y económicos con acciones meditadas y eficaces; «nuestra participación en el primer gobierno del presidente Joseph Aoun forma parte de este esfuerzo”.
A juicio del jefe de Hizbulah, la región está bajo presión de Estados Unidos y su herramienta criminal, la entidad israelí, a través de la ocupación, el desplazamiento forzado, la subyugación de los regímenes, la distorsión cultural y la normalización destinada a borrar la causa palestina.
En este punto, subrayó que Líbano también está en la mira para debilitar su Resistencia.
Qassem aseguró la continuidad en el enfrentamiento a estas amenazas sosteniendo la Resistencia como un proyecto de liberación, en rechazo a toda forma de ocupación, reasentamiento y normalización, aprovechando las capacidades y alianzas.
“No podemos seguir operando como lo hacíamos antes en los frentes de seguridad, militar, político y cultural; esta fase requiere una evaluación exhaustiva que sirva de base para los pasos futuros”, sentenció.
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