San José, con 250 asesinatos, fue el pasado año la provincia más siniestrada, pese a que el país registró 25 menos que en 2023, para un promedio de 2,5 por día, según estadísticas publicadas por el periódico La República.
Las razones de los crímenes son sobre todo el ajuste de cuentas y el sicariato (asesinato por encargo) mediante motos tripuladas por dos tiradores, consignó el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), citado por el diario.
“La capital fue sacrificada en cuanto a recursos, pues enviamos agentes a otras provincias, y ello afectó nuestra capacidad de respuesta en esta ciudad”, explicó el director del OIJ, Randall Zúñiga.
Otras provincias también sufrieron niveles preocupantes de violencia, como Limón (181 homicidios), Puntarenas (154) y Alajuela (106), mientras Heredia fue la de menos acciones agresivas de ese tipo (39).
“Si no se toman decisiones contundentes, los delincuentes seguirán decidiendo por nosotros”, advirtió Zúñiga, uno de los más importantes adversarios costarricenses del crimen organizado y defensores de «la acción urgente para abordar la violencia con estrategias integrales».
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