Según el portavoz militar, las FAR atacaron la base aérea Osman Digna, un almacén de mercancías y varias instalaciones civiles situadas alrededor del aeropuerto de la ciudad costera.
Los atacantes utilizaron drones suicidas, una táctica recurrente en los últimos enfrentamientos.
A pesar de la magnitud del ataque, las autoridades informaron que no hubo víctimas mortales. Puerto Sudán, clave para el control militar y administrativo del noreste del país, alberga sedes gubernamentales, un aeropuerto internacional y una base militar estratégica.
La acción representa una amenaza directa al último bastión relativamente estable bajo control del gobierno.
De acuerdo con lo divulgado, las defensas antiaéreas sudanesas lograron interceptar parte de los drones, aunque testigos reportaron columnas de humo en las zonas afectadas.
Este incidente ocurre en un contexto de escalada del conflicto, con recientes agresiones de las FAR en los estados del Nilo, Norte y Kordofán Occidental.
La violencia aumentó en particular en El Fasher, en medio de denuncias de masacres y violaciones a los derechos humanos.
El ejército sudanés calificó la agresión contra Puerto Sudán como “un giro peligroso” en la guerra civil, y las autoridades alertaron sobre posibles repercusiones para la seguridad regional en el mar Rojo.
A la luz de esta hostilidad, el Ministerio de Exteriores de Sudán instó a la comunidad internacional a condenar las acciones de las FAR y denunció crímenes de guerra y violaciones contra civiles cometidos por el grupo paramilitar.
Como consecuencia del ataque, se suspendieron todos los vuelos desde el aeropuerto de Puerto Sudán y generó preocupación por el impacto sobre la logística humanitaria y militar en la región.
Sudán atraviesa una crisis multidimensional con más de nueve millones de desplazados desde abril de 2023.
Puerto Sudán se convirtió en el epicentro político y logístico tras la caída de Jartum y el control de este enclave es vital para el gobierno provisional y sus aliados.
Las FAR, lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo (Hemedti), intensifican sus operaciones con apoyo de armamento avanzado y analistas advierten que el uso de drones podría expandirse a otras zonas controladas por el gobierno.
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