De acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), los manifestantes, en su mayoría son de las comunidades alauíes y murshedíes, pidieron al gobierno sirio encontrar soluciones y garantizar su seguridad y protección de los ataques de grupos extremistas e indisciplinados.
Desde la caída del gobierno de Bashar Al-Assad en diciembre pasado, los asesinatos por venganza sectaria han aumentado drásticamente y las autoridades actuales no han implementado el principio de justicia transicional, lo que contribuye a la propagación del caos.
El número de víctimas por acciones de represalia y liquidación en Siria desde principios de 2025 ha llegado a 618 personas, incluidos 590 hombres, 20 mujeres y 8 niños.
Mientras tanto, alrededor de dos mil ciudadanos fueron asesinados durante los sucesos de violencia sectaria que asotá la costa siria en marzo pasado.
Varias zonas habitadas por alauitas están registrando un aumento de las violaciones por parte de grupos armados que llevan a cabo redadas, arrestos e intimidación contra civiles, en medio de una clara falta de supervisión y rendición de cuentas por parte de las autoridades oficiales del gobierno de Damasco.
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